domingo, 25 de marzo de 2018

Descubriendo Asia Menor II. Día 5,2ª Parte. Tralles.

Conducimos durante algo más de media hora por el interior de Jonia hasta cruzar el límite de provincia moderna (Aydin) y el de región antigua: a partir de un cierto punto ya estamos en Caria. Aydin, la capital provincial, una floreciente ciudad de 200.000 habitantes, es nuestro siguiente destino. Concretamente queremos visitar las ruinas de su antepasada: la otrora célebre ciudad de Trales (Tralles en latin, Tralleis en griego).

Foto 1.- Vista general del complejo gimnástico-termal de la antigua Trales.

Aunque tenemos cierta idea de donde se encuentran las ruinas (en la cima de una alta escarpadura al pie de la cual se alzan los edificios de la actual Aydin) y aún llevamos un mapa básico lo cierto es que nos tiramos un buen rato yendo de un lado para otro de la ciudad sin acertar a dar con la senda que conduce al yacimiento. Y eso que divisamos algunos vestigios de la ciudad antigua en lo alto, pero del camino que hasta ellos conduce nada de nada. Probamos a dirigirnos monte arriba con la esperanza de dar con alguna indicación, mas lo único que conseguimos es presentarnos, por error, en el control de acceso a un cuartel del ejército turco, lo que no dejaba de tener su emoción. En honor a la verdad nos trataron bastante bien y, a pesar de las dificultades idiomáticas, nos proporcionaron algunas referencias acerca de la manera de llegar al yacimiento. Lamentablemente no nos fueron de utilidad así que otra vez de vuelta a la ciudad, un montón de paseos más, algún que otro “engaño” por parte del GPS (nos lleva a un jardín de infancia llamado “Tralleis”) y, por fin, casi a la desesperada pues la tarde avanzaba ya peligrosamente y nos quedábamos sin luz, tomamos una carretera algo cutre que conduce al sector noroccidental de la ciudad. Ahí la suerte nos sonríe de una buena vez en forma de cartel indicativo. Desde ese punto ya no resulta difícil llegar al solar de la antigua Trales. Estar atentos al resto de señales indicativas y poco más. La carretera serpentea monte arriba, bordeando los terrenos militares que ocupan la cumbre del monte, hasta llegar a la valla metálica que delimita el yacimiento. Ahí aparcamos y nos disponemos a explorar la ciudad de Trales. Pero antes, cómo solemos hacer en este blog, vamos a conocer un poco su historia.